sábado, 1 de diciembre de 2012

Instintos básicos

Esta mañana he visto cómo miraba el cartel. De soslayo. Pero con deseo. Ha reído de manera nerviosa, comentando la belleza, a la que miraba de reojo. Pero con deseo. Esta mañana paseaba con un caballero que no tiene ni idea de moda. Pero sí de mujeres. Pero sí de deseo. Ya se había fijado en la imagen voluptuosa que puebla las esquinas españolas y, supongo, de medio mundo. He tenido que explicarle lo que era un push-up, y cuando le he dicho que quien lo portaba era Laetitia Casta rápidamente se ha acordado de Astérix y Obelix. Casta, lo que se dice casta, no parece, hemos bromeado haciendo juegos con el adjetivo que es apellido como si estuviéramos retados por una partida de "apalabrados": casta, castor, castaña, castafiore, castiza, castada (no, eso no vale)... Impresionante cuerpo.
Ayer, durante una comida, también pasamos unos cuantos minutos hablando de la publicidad de los modelos push-up de H&M, con una esplendorosa Laetitia Casta como protagonista. Que si tenía poco pecho y efectivamente esos modelos se lo levantaban tal y como anuncian desde tantas esquinas. Que si el relleno era excesivo. Que si ahora que ella tenía reciente maternidad no necesitaba tanta subida... Que si tal y que si cual..., Laetitia es no sé si una con mucho pecho o una con poco pecho, pero sí sé que la publicidad ha hecho su efecto. Supongo que para la marca. Supongo que para otras marcas que utilizan el mismo sistema de poner las glándulas mamarias ahí cerca de donde están alojadas las amígdalas. Y yo impresionada por la capacidad de atracción de esas imágenes para los hombres e incluso para las mujeres.
Ahora bien, ¿qué significa este modelo de sujetadores (aplicados incluso a los camisones) que dan al pecho las redondeces que suelen tener los que son fruto de operaciones de estética? No sé por qué, he de confesarlo, pero últimamente tenía la impresión de que la manía por lucir una "exagerada" delantera, en ocasiones y desde mi humilde punto de vista, incluso, antiestética, se encontraba en vías de extinción. Me parecía que estaba dejando de estar de moda, de ser cool, que no era necesario tener una 36c para ser atractiva (sexualmente, se entiende). Y al contemplar la atracción (no precisamente fatal) por los carteles "castos" he llegado a la conclusión de que vuelve lo que siempre fue el instinto básico. Seguramente volverán los escotes a través de los que lucir turgencias, auténticas, operadas o impostadas. Vuelve la teta, y no precisamente asustada, las mujeres con curvas lucientes, el pecho imponente y, como decía un ser muy querido por mí, bien caído ¡hacia  arriba!

No hay comentarios:

Publicar un comentario